El Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes presentó este martes la Ley TAKE IT DOWN (S. 146), un proyecto que busca agilizar la eliminación de ciertos tipos de contenido problemático en línea. Aunque la iniciativa pretende abordar un grave problema -la distribución de imágenes íntimas no consentidas (NCII)-, el sistema de notificación y retirada que establece podría convertirse en una herramienta para que figuras poderosas presionen a sitios web y eliminen contenido que les resulte desfavorable.
Como hemos escrito antes, aunque proteger a las víctimas de estas atroces invasiones de la privacidad es un objetivo legítimo, las buenas intenciones por sí solas no bastan para hacer una buena política.
DILE AL CONGRESO: 'Eliminarlo' no tiene garantías reales
Este proyecto establece un sistema de notificación y retirada que pone en riesgo la libertad de expresión, la privacidad de usuarios y las garantías procesales, sin resolver eficazmente el problema que busca combatir. El mecanismo de retirada aplica a una categoría excesivamente amplia -cualquier imagen con connotaciones íntimas o sexuales-, superando las definiciones más restrictivas de NCII presentes en otras secciones de la iniciativa. La ausencia de salvaguardas contra notificaciones frívolas o malintencionadas podría llevar a la censura errónea de contenido legal, incluyendo sátira, periodismo y discurso político.
El plazo de 48 horas para eliminar contenido, establecido por la ley, obliga a proveedores -especialmente pequeños- a actuar con premura para evitar sanciones. Esta urgencia imposibilita una verificación adecuada sobre si el material constituye realmente NCII. En la práctica, los servicios recurrirán a filtros automáticos, herramientas conocidas por su falta de precisión que suelen bloquear contenido legítimo, desde comentarios autorizados hasta coberturas informativas.
Paralelamente, los proveedores de mensajería cifrada de extremo a extremo podrían recibir notificaciones imposibles de cumplir, al carecer de acceso al contenido de las comunicaciones. Esto podría impulsar a las plataformas a eliminar el cifrado para permitir la supervisión, transformando diálogos privados en espacios monitoreados.
Durante el debate en comité, algunos miembros propusieron enmiendas para corregir estos aspectos problemáticos, pero el liderazgo del comité bloqueó todas las modificaciones sustanciales.
Se anticipa que la Ley TAKE IT DOWN se someterá a votación en el pleno en las próximas semanas, antes de llegar al despacho del presidente Trump para su firma. Tanto el mandatario como la primera dama Melania Trump han respaldado públicamente la iniciativa, presionando para su rápida aprobación. El propio Trump evidenció potenciales abusos del mecanismo, anunciando este año que emplearía personalmente las disposiciones de eliminación para censurar críticas hacia su gobierno.
DILE AL CONGRESO: 'Eliminarlo' no tiene garantías reales
Impulsar a toda costa una legislación restrictiva siempre genera alarmas. TAKE IT DOWN representa una solución inadecuada para asistir a quienes sufren la difusión no consentida de imágenes íntimas. Es posible apoyar a las víctimas de acoso digital sin implementar un mecanismo generalizado de censura online.
El Congreso debería reforzar y garantizar el cumplimiento de las protecciones jurídicas actuales para afectados, en vez de crear un sistema de retirada masiva con evidentes riesgos de manipulación.
Dile a tu congresista que se oponga a la censura y al S. 146.